marzo 01, 2014

Creí







Creí haberte encontrado en un plato de fresas. De fresas con chocolate y menta. De esos de revista, brillante, dulce, con aroma exquisito. Perfecto, hasta sentir la acidez más amarga de la fresa.
 Sí, de la fresa.

 Luego creí haberte encontrado en el mango, tan nuestro, tan típico, tan conocido, sin sorpresas. Creí haberte probado en todas sus formas, jugo, jalea, manjar. El mango, o verde o maduro. El punto medio, el perfecto, dura poco. Y en ese ciclo, el árbol murió.
 Sí, murió

 Al oler una semilla de almendra creí volver a tenerte, fuerte, amable, prometedor, seguro, longevo. Aferrándome a ese olor a tostado que invade el alma. Y se quemó.
 Sí, se quemó.

 Y como el café, volviste a aparecer, despertando con tu aroma el recuerdo perdido. Invadiendo de sensaciones cada espacio. Necesario, adictivo. Hasta enfermar
 Sí, enfermar.

 Y entre dulce, amargo, ácido, agrio, salado, picante, creí encontrarte, umami. Ilusión de hinojo.

Me niego a creer que fuiste solo un plato insípido. Sin sal, sin pimienta. De esos que solo satisfacen el hambre.






No hay comentarios: