octubre 23, 2008

Y ella prefirió volverse nube...





Y ella prefirió volverse nube...

Efímera, viajera. Volaba por todo el mundo. A veces dispersa, a veces homogénea. Acumulando lluvia y exprimiendo agua sobre ciudades, sobre pueblos, sobre ellos. Hasta volverse a llenar.

Sirvió de cortinas para vuelos nacionales e internacionales. Iba y venía.
Sus siluetas eran las fantasías de los más pequeños, y de grandes también, siluetas donde se fundían los colores del atardecer y traspasaban los rayos de un nuevo día.
Sombra de luna, escondite de estrellas…

Y lo vio…

Y no pudo volver…

Desde arriba empezó a llover, de tanta tristeza acumulada en su cuerpo. Cada vez que intentaba bajar para acariciarlo, se evaporaba. Volvía a subir. Ahí, ya no aguantaba más y se acumulaba cada gota, una por una y la tormenta parecía no acabar…

Y él la miraba, le sonreía, quería subir, se mojaba.

Ella no aguantó, se escondió tras las montañas y él no pudo verla más.

Desde entonces cuando él duerme, siente el rocío…



No hay comentarios: